Sabemos de la importancia de tener un plan, una visión y un modelo para el éxito y evolución de cualquier institución... Pero... ¿Alguna vez nos preguntamos sobre el valor de la calidad humana de nuestro equipo?
¿Qué es la calidad humana? ¿Cómo influye en el clima organizacional y cuál es su vinculación con la responsabilidad social?
Desde el punto de vista institucional, conocemos el factor clave de contar con un sólido equipo de trabajo, y cómo esto beneficia la calidad institucional. Además, mantener una buena relación entre los miembros de un equipo de trabajo no solo es un valor agregado para una organización, sino que también aumenta la productividad y disminuye la rotación de personas.
Pero... ¿Qué características tiene un “buen equipo de trabajo”?
Inmediatamente pensamos en las habilidades duras, como el conocimiento y la experiencia que pueda tener la persona sobre una disciplina determinada, o incluso también consideramos ciertas habilidades blandas como el liderazgo, la negociación, la capacidad de trabajar en equipo o la creatividad.
Desde Fundación Carbonell creemos que hay algo aún más importante: la calidad humana de cada una de las personas que conforman un equipo.
La calidad humana está asociada a buenos valores y principios morales, tales como la humildad, la generosidad y la lealtad... Podríamos decir que implica y requiere tratar a todas las Personas Humanas respetando sus Derechos Humanos y su dignidad, tomando a esta última como un valor inherente por su condición básica de ser humano.
El verdadero diferencial de una institución está en contar con personas que naturalmente se apoyen y ayuden mutuamente, se respeten en sus opiniones, confíen en los otros desde su humildad y compromiso...
De ahí es que creemos firmemente que la calidad humana es un factor influyente en las instituciones que quieren comprometerse con la Responsabilidad Social. Contar con personas con calidad humana en un equipo de trabajo, también es sinónimo de responsabilidad social... Porque todas las acciones que se realicen, ya sea con miras internas o externas a la institución van a ser desde el respeto a la dignidad de las personas y el desarrollo humano integral y solidario.
En resumen, en una institución no sólo alcanza con tener un buen plan y un equipo de trabajo que tenga habilidades, destrezas y cualidades, sino que debe haber algo distinto, algo genuino en ese modelo, y en este caso sólo puede surgir del valor ilimitado, único e irremplazable de un equipo con calidad humana.
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